Paranoyas célebres.

martes, 24 de septiembre de 2013

Inside of me

Something is wrong with me.
Estoy rota, hecha pedazos, astillas, fragmentos, esquirlas, como prefiráis llamarlo. Un espejo sin reflejo, una televisión apagada, un disco que ya no suena. Lo peor de todo es que no sé la razón de por qué me encuentro así. 

No sé cuál es la razón para esta apatía de vivir.

No soy yo misma, o eso espero. No me gusta sentir que no controlo lo que pasa alrededor de mí, que estoy vacía. Que no soy nada que alguien echaría de menos. Necesito vacaciones, un descanso de esos sentimientos. Busco emociones allá dónde antes nunca nada me interesó. Y lo peor de todo es que no sé la razón.

Sé que necesito ayuda, pero ¿para qué cargar a otros problemas que son sólo míos? ¿Cómo voy a vaciar mis problemas en otros si no sé ni por qué están ahí? Además, no podría ser tan egoísta. Todo el mundo tiene problemas, no puedo obligarles a llevar un peso que no es suyo.

Ahora mismo he suspirado, lo necesitaba. No me entiendo. Me gustaría entenderme. Sí, deseo entenderme más que cualquier otra cosa en el mundo. Deseo saber por qué me despierto llorando a las 4:36 de la mañana, deseo saber por qué no soy capaz de sincerarme completamente con nadie, deseo saber por qué me siento tan «personaje secundario» en la historia de mi propia vida. 

No hay nada en el mundo que esté hecho para mí y lo peor de todo es que no sé la razón. No sé la razón por la cual cuando hago míos los problemas de otros sé darles solución y sentido, aunque ellos no tengan ni idea. No sé la razón por la cual me aburro de todo lo que me rodea. No sé la razón por la que siempre acabo diciendo o haciendo cosas que dañan a las personas importantes de mi vida. 

Quizás, a pesar de todo, no soy un animal social... quizás he nacido para estar al margen, para ser la figura de paso que cambia, arregla y ayuda a los demás en sus propias vidas. No tengo historia, sólo soy un cúmulo de sentimientos contradictorios y ambiguos que se rompen pensando que nadie la echará de menos, que soy una de esas personas invisibles. 
Es curioso ser invisible cuando siempre he querido ser iridiscente.

Nada de lo que he escrito en esta entrada tiene un sentido u orden, son sólo pensamientos que necesitaba desahogar. Son bolas de humo de las que necesitaba desprenderme durante unas horas, minutos, segundos; el tiempo que he tardado en escribirla desde mi HP con Boys like Girls de fondo. 
Quién sabe, quizás esta noche no me despierto hecha un mar de lágrimas sólo por haber volcado todo ésto aquí.

1 comentario:

  1. ¿Sabes? Me identifico con muchas de las cosas que has escrito aquí. Sin embargo, no creo que lleves razón. Si necesitas ayuda, pídela. Así como tu cargas con los problemas de otros, deja que los demás te ayuden; sólo te hará bien. Si necesitas llorar a las 4 de la mañana, está bien. Hazlo. Pero que no sea porque no quieres o crees que no puedes desahogarte con nadie.

    Dices que no eres nada que alguien echaría de menos, y ahí sí que discrepo, y sé que no hablo sólo por mí misma. Mira, no nos conoceremos de hace mucho, pero esas conversaciones se ha hecho un huequito en mi rutina y si no lo tengo se me hace extraño. Eres demasiado buena para sentirte así de mal. Sé que tendrás una larga lista de personas con la que preferirías hablar de esto antes que conmigo, pero si algún día te da la vena y no hay más... pues hay una cosa muy bonita llamada Skype por la que puedes hablarme y decirme, aunque no me permita darte un abrazo como quisiera ahora mismo. Sentirse así terminará. Pero hasta entonces cuenta con esta loca. ¡Que para eso eres mi esposa, tonta!

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