Paranoyas célebres.

sábado, 7 de septiembre de 2013

No era un azul común

Nunca se lo había dicho, pero aquellos ojos, aquellos arrebatadores ojos me habían capturado desde el momento en el que mi pupila se posó sobre ellos. No era un azul común. Era como contemplar un mar en calma, ese era el color azul de sus ojos. Una persona podía perderse en ellos en cuestión de segundos. Alguien debería haberle dicho que la bandera roja era obligatoria, pero nadie lo hizo. Eran capaces de volver loca a cualquiera que se fijara en ellos, pero él no parecía darse cuenta de ello. 

Había algo de magia en ellos, a mí al menos me parecían mágicos... sino, no comprendo como sucedió.


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