Paranoyas célebres.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Ésta es la felicidad de la que tantos hablan

Da miedo pensar que absolutamente todo tiene un final ¿verdad? 

El amor, la amistad, la vida… todo acaba. Nadie puede evitar que los ríos sigan su curso, nadie puede interponerse ante la naturaleza de este mundo ¿no? 

A pesar de todo, no me importa. Me conformo con saber que estás aquí, ahora, en mi presente. 

Sí, claro que me acojono cuando pienso que todo ésto puede terminar. Claro que me acojono cuando pienso que algún día puede que te aburras de nuestras infantiles peleas, de nuestros ratos juntos jugando al Pro, de nuestros momentos viendo esas series “musicales” que tanto te aburren, de todas las veces que me has abrazado porque iba a ponerme a llorar. Sé que no soy perfecta. No creo que haya nadie en este mísero planeta que pueda considerarse una persona perfecta, pero para mí tú eres lo más parecido a una de ellas... por mucho que te moleste que así lo piense. 

Me acojona pensar que te has convertido en un pensamiento diario en mi vida, un pensamiento que pensé y deseé no tener por nadie más. Me acojona pensar que eres único, que nunca encontraré a alguien que me haga sentir como me haces sentir tú. Me acojona pensar que sólo me siento segura cuando estás cerca de mí, cuando sé que la seguridad de un abrazo tuyo me espera al acabar cualquier problema. Me acojona pensar en tu sonrisa, en perderla algún día de vista. Me acojona pensar lo que habría pasado si no hubieses llegado a mí en aquellos días. ¿Seguiría hoy aquí? Me acojona pensar que al abrir los ojos un día ya no pensaré “ésta es la felicidad de la que tantos hablan” porque puede que no estés a mi lado. Me acojona pensar en un final para mi cuento de hadas, para la historia interminable que quiero vivir contigo.

Sin embargo, y vuelvo a repetirme, no me importa. 

Siempre se ha dicho que se debe vivir el presente y ahora, eres tú. 

Tú eres todo lo que tengo, tú eres el oxígeno, tú eres la chispa, tú eres esa persona que ha creído en mí incluso desde antes de "conocerme". Tú eres esa persona por la que tropezarse, golpearse, caerse y herirse ha merecido la pena porque cada paso en falso me ha llevado un paso más cerca de ti. Tú eres esa persona por la que vale la pena morir... aún más, eres esa persona por la que vale la pena vivir.
No debería tener miedo de perder algo que nunca
ha sido mío.


jueves, 8 de noviembre de 2012

Antes de ti, están los demás

Antes de ti, están los demás.
Conocerás el altruismo más sincero. La envidia o la codicia sólo serán recuerdos lejanos. Serás libre para ayudar a los demás sin esperar su agradecimiento. Es la descripción que Veronica Roth utiliza para la facción abnegación. Hoy, he llegado a la conclusión de que quizás en el apocalíptico mundo creado por esta autora mi facción sería una de las más complicadas de elegir. 
Soy altruista o quizás demasiado empática, no puedo ver a una persona pasándolo mal y no hacer nada. No soy capaz de soportar el hecho de ver u oír a una persona llorar, ese simple gesto hace que me rompa por dentro. No soy capaz de quedarme quieta ante una injusticia. No puedo. Sinceramente, no puedo. 
No importa el daño que hayan podido hacerme a mí o, el hecho de que esa persona que está sufriendo sea un auténtico desconocido. Dejar sufrir a una persona va contra todo lo que soy. 
Dicen que esa es la expresión más pura de la abnegación: anteponer a los demás por encima de ti mismo, aunque eso suponga que tú no puedas ser plenamente feliz, aunque eso suponga que no puedes llegar a tu meta. 
Aun así, voy más allá. 
Soy egoísta y lo reconozco, también quiero que alguien se preocupe por mí cuando estoy mal. También quiero que alguien me dedique palabras de consuelo. También quiero poder contemplar mi imagen y sentir que valgo mucho. También quiero poder demostrar quién soy. También quiero ser feliz. 
Así pues, a pesar de lo que dicen las personas que me envuelven no creo que sea mejor, más buena o más especial que cualquier otra por querer que todos estén un poco más felices... no sé, sólo pretendo ser yo misma a pesar de las circunstancias, supongo.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Me gustaría decirte...

Me gustaría decirte que todo aquello, pasó.
Algún día me gustaría hablar contigo largo y tendido.
Me gustaría decirte todo lo que sentí por ti a partir de aquel día que hizo que fueses imprescindible para mí. Me gustaría decirte que me entraban ganas de gritarle al mundo que me habías sonreído, que me habías mirado, que me habías abrazado, que me habías cogido de las manos por tenerlas heladas. Me gustaría decirte que pensé mil veces en decírtelo todo y en dejar que arrancases todas esas emociones de mi corazón porque al fin y al cabo, sólo éramos amigos. Me gustaría decirte que siempre fuiste el más importante, que tus lágrimas me dolían más que las mías propias… que por eso, sufría cada vez que me decías que parecía que te odiaba.
¿Y sabes qué es lo peor de todo? Que a veces creo que de verdad te odiaba. Te odiaba porque sabía que no podría decirte esto sin hacer daño a un montón de personas de nuestro alrededor. Te odiaba porque me deseabas suerte en mis exámenes y me despertabas con un SMS que decía “buenos días princesa”. Te odiaba porque a pesar de mis intentos, no era capaz de odiarte ni siquiera un poco. Te odiaba por ser el centro del mundo, de mi mundo.
Algún día me gustaría hablar contigo largo y tendido.

Me gustaría decirte que ocultarte todo esto fue muy duro, que fingir que me eras indiferente era como estar encerrada en una cárcel con las puertas abiertas sabiendo que no puedes salir. Me gustaría decirte que nunca fue mi intención que sucediese, pero sucedió. Supongo que los imprevistos llegan ¿no? También me gustaría decirte que a pesar de todo lo que rondaba mi mente… estar a tu lado, abrazarte cuando las cosas iban mal y apoyarte lo hice porque te apreciaba, porque aún te aprecio. Sólo me gustaría decirte que todo eso pasó en mi mente durante meses y que por fin, soy libre de todo aquello.

Dicen que de los errores se aprende

¿Sabéis esa sensación de que no encajas en ningún lugar? ¿De que el mundo se te queda grande? ¿De que estés o no, nadie notará tu presencia?

Hay momentos a lo largo de la vida en los que nada parece tener sentido, en los que las cosas pasan sin razón aparente, en los que te sientes como una sombra de lo que eras, en los que las personas que considerabas amigos no están cuando los necesitas. Hay momentos en la vida en los que sientes que no puedes más, que la próxima caída será la definitiva.

Y de repente, ocurre.
Alguien llega a ti y te enseña algo que antes no eras capaz de ver. Te muestra que vales mucho; que tú eres increíble por ser quién eres, no por quienes los demás quieren que seas; que no eres un objeto ni un paño de lágrimas para los demás… A veces, una sola persona es capaz de cambiar el curso de toda una vida, es capaz de darle la vuelta al mundo para hacerte sonreír, es capaz de demostrarte con una sola palabra que no estás sola y que nunca más estarás sola mientras le tengas.

Y entonces aparece la pregunta ¿a quién tenemos que buscar? ¿Dónde está esa persona especial? Sinceramente, nadie lo sabe. Aparecerá llegado el momento o al menos eso dicen.

Sin embargo, hasta entonces te equivocarás, te tropezarás y te caerás mil veces, pero debes levantarte y luchar mil y una. Así pues dejar que las opiniones de los demás te hundan no es una opción, dejar que las opiniones de los demás te influyan y te hagan cambiar no es una opción, tratar de ser otra persona para gustar a los demás NO ES UNA OPCIÓN.

Hasta que las personas apropiadas lleguen, el único que estará siempre a tu lado eres tú mismo. Tu vida es tuya. Ríe, llora, sueña, disfruta, cambia, pero ante todo VIVE.

Te mereces ser feliz.