Paranoyas célebres.

viernes, 24 de febrero de 2012

Goodbye wonderland

Goodbye Wonderland, one day I will come back.
En otro tiempo, en otro lugar, en la época de las maravillas.
En otro tiempo, en otro lugar, el mundo era bueno, verde y fértil. El tiempo giraba y de vez en cuando se paraba regalándonos algunos minutos más de felicidad, regalándonos algunos sueños más en una bonita noche.
En otro tiempo, en otro lugar, en la época de las maravillas, el sombrero tomaba el té independientemente de la hora que marcase su defectuoso reloj. La remilgada reina roja se comportaba más allá de su "Que le corten la cabeza" e incluso a mí me cantaba sus poesías y me invitaba a jugar al croquet.
En otro tiempo, en otro lugar, el mágico mundo de las maravillas existió para escapar de la realidad, para merendar bajo los árboles y no tenerle miedo a nada.
Y entonces algo extrañó pasó, el mundo comenzó a girar demasiado deprisa y el país de las maravillas se desmoronó naipe a naipe, ficha a ficha... hasta que la cabeza más sana se fundió con la insensatez; con el rojo carmesí que pintó los nuevos ríos, antaño puros y brillantes. Los buenos pasaron a ser malos y los malos, se volvieron poderosos. Y así, mi maravilloso mundo se volvió violento, más oscuro y oprimido, atando con los brillantes grilletes de Efesto a los antes libres y grandiosos sueños que vivían allí.
Los habitantes de mi país de ilusión me pidieron que mantuviera las esperanzas, pero ¿quién puede ser sensata rodeada de malvada locura? ¿quién puede ser sensata rodeada de gatos que sonríen y tiempos que se fugan? ¿quién puede mantener la cordura rodeada de reinas que amenazan con cortarte la cabeza? ¿Quién?
Yo no, pero volveré cuando deje de tenerte tanto miedo a ti como a la realidad, cuando recupere la esperanza y las ganas de soñar, cuándo deje de tener miedo a mirar lo que guarda mi corazón.
Lo siento, no sabes cuanto lo siento.
Atentamente, tu asustada y novata Alicia, puedes llamarme Cinta.

jueves, 23 de febrero de 2012

Devorar o ser devorado, esa es la cuestión.

"¡Devora antes de que te devoren!" Se dice en estos tiempos en los rincones de las ciudades, pero... ¿a qué se refieren? Podríamos decir que esa expresión es como decir haz lo que sea por alcanzar tu sueño, pisotea a quién necesites sin importan quién sea.

Ahora bien, la principal pregunta es ¿está bien actuar de esta forma? ¿debemos seguir lo que dicen las lenguas populares? O por el contrario, ¿podemos rebelarnos y alcanzar esa anhelada estrella sin sentirnos mal por ello?

Siendo subjetivos y dejándome guiar por mi opinión, demasiado ilusa a veces, la mayoría optaría por la segunda alternativa  pues a nadie debe agradarle tener remordimientos de conciencia ¿o sí?. Sin embargo, la realidad es otra, y esa infantil quimera desaparece tras un brillante espejo que refleja y deja traspasar el sueño de una utopía. La realidad nos obliga a chocar contra el muro, nos obliga a tener que vivir en medio de una competición en la que jugar sucio es la única opción para sobrevivir... una competición en la que el sudor, las lágrimas y la sangre originan el más fúnebre pozo de esperanzas que alguien hizo añicos como si fuesen un frágil espejo, una competición en el que no quiere empujar acaba siendo golpeado con ferocidad.

Imaginemos pues a la pequeña Alicia en su país de las maravillas, imaginemos pues a la Reina en su trono, en su castillo de naipes. La Reina, para vencer a la pequeña niña utilizó el método de pasar sobre ella. Alicia, por su parte, tuvo que huir para ni comer ni ser comida.

Hoy en día, en cualquier parte son miles las personas que pelean por mantenerse a flote, miles los que zarandean la barca para subirse a ella sin pensar en los que acabarán cayéndose al agua.

¿El objetivo de tanta mentira, el objetivo de tanta zancadilla? Lograr llegar antes a ese pequeño castillo que tiembla en el aire, alcanzar sin temor a llorar después el fulgor de la llama de la vida, arrebatar con una mano cualquier esperanza a los que prefieren no morder, no atacar, no mentir, no embaucar.

Retomando las primeras preguntas, no es que debamos o no debamos; la respuesta está en que queramos o no queramos hacerlo, y aunque en este mundo el hombre es un lobo para el mundo, Lewis Carroll escribió una vez "siempre se llegará a alguna parte, siempre que camines lo suficiente" ¿somos capaces de caminar sin atajos? ¿somos capaces de lograr nuestras metas sin lágrimas de otros?

La respuesta depende de la persona, quizás como el joven Dorian Gray la elección es firmar tu propia sentencia, quizás como la pequeña Alicia la elección es huir antes de que te corten la cabeza, quizás como aquellas jóvenes princesas de los cuentos de hadas la elección es luchar para conseguir que todos tengan su final feliz.

En definitiva, "devorar o ser devorado, esa es la cuestión" habría dicho un moderno Hamlet. Pero la elección también tiene un punto medio. El punto en el que el horizonte y el mar se fusionan, el punto en el que la tierra acaricia el cielo, el punto en el que el lobo se une al rebaño volviéndose vegetariano y parte de la manada.

Llamadme ilusa, pero para mí existe un punto en el que podemos sobrevivir sin devorar a los que nos rodean.