Paranoyas célebres.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Me gustaría decirte...

Me gustaría decirte que todo aquello, pasó.
Algún día me gustaría hablar contigo largo y tendido.
Me gustaría decirte todo lo que sentí por ti a partir de aquel día que hizo que fueses imprescindible para mí. Me gustaría decirte que me entraban ganas de gritarle al mundo que me habías sonreído, que me habías mirado, que me habías abrazado, que me habías cogido de las manos por tenerlas heladas. Me gustaría decirte que pensé mil veces en decírtelo todo y en dejar que arrancases todas esas emociones de mi corazón porque al fin y al cabo, sólo éramos amigos. Me gustaría decirte que siempre fuiste el más importante, que tus lágrimas me dolían más que las mías propias… que por eso, sufría cada vez que me decías que parecía que te odiaba.
¿Y sabes qué es lo peor de todo? Que a veces creo que de verdad te odiaba. Te odiaba porque sabía que no podría decirte esto sin hacer daño a un montón de personas de nuestro alrededor. Te odiaba porque me deseabas suerte en mis exámenes y me despertabas con un SMS que decía “buenos días princesa”. Te odiaba porque a pesar de mis intentos, no era capaz de odiarte ni siquiera un poco. Te odiaba por ser el centro del mundo, de mi mundo.
Algún día me gustaría hablar contigo largo y tendido.

Me gustaría decirte que ocultarte todo esto fue muy duro, que fingir que me eras indiferente era como estar encerrada en una cárcel con las puertas abiertas sabiendo que no puedes salir. Me gustaría decirte que nunca fue mi intención que sucediese, pero sucedió. Supongo que los imprevistos llegan ¿no? También me gustaría decirte que a pesar de todo lo que rondaba mi mente… estar a tu lado, abrazarte cuando las cosas iban mal y apoyarte lo hice porque te apreciaba, porque aún te aprecio. Sólo me gustaría decirte que todo eso pasó en mi mente durante meses y que por fin, soy libre de todo aquello.

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